top of page

Crianza positiva en la primera infancia: El impacto en el neurodesarrollo

Foto del escritor: Sasha Gutiérrez DajudSasha Gutiérrez Dajud

Los primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo del cerebro. Durante esta etapa, las experiencias que los niños y niñas viven con sus cuidadores influyen directamente en su neurodesarrollo, es decir, en la formación de habilidades cognitivas, emocionales y sociales que marcarán su futuro.


💙 El cerebro en construcción: En la primera infancia, el cerebro es altamente plástico, lo que significa que cada experiencia deja una huella. Los vínculos afectivos seguros, el juego y el estímulo adecuado fortalecen la conexión neuronal y favorecen el aprendizaje.

💙 Crianza positiva y regulación emocional: Cuando los niños se sienten seguros y comprendidos, aprenden a regular sus emociones de forma saludable. Responder con paciencia a sus necesidades y ayudarlos a nombrar lo que sienten fortalece sus habilidades para gestionar el estrés y la frustración.

💙 El juego como motor del desarrollo: Jugar no es solo diversión, es una herramienta clave para el desarrollo cerebral. A través del juego, los niños exploran el mundo, fortalecen su motricidad, aprenden a resolver problemas y desarrollan habilidades sociales.

💙 Límites con amor y respeto: La crianza positiva no significa ausencia de límites, sino establecerlos con firmeza y empatía. Los niños necesitan estructura y orientación para sentirse seguros y aprender a convivir con los demás.

💙 Cuidar el entorno y las experiencias: La exposición a entornos estables, palabras amables y contacto afectivo potencia el desarrollo cerebral. En contraste, el estrés crónico, los gritos o el castigo físico pueden afectar la estructura del cerebro y la salud emocional del niño.


💡 Cada interacción en la primera infancia deja una huella en el cerebro en desarrollo. Criar con amor, paciencia y respeto es la clave para formar niños seguros, autónomos y emocionalmente fuertes.


 
 
 

Comments


bottom of page